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Mucho se habla sobre cómo convertirse en un redactor freelance, las habilidades que se requieren y las herramientas para realizar su trabajo. Sin embargo, pocos explican la realidad de los redactores freelanceen España y cuáles son los requisitos legales para trabajar y facturar.
En este artículo, hablaremos sobre cómo registrarse como autónomo, explicaremos algunos problemas que puedes encontrar al facturar, los costos de trabajar como redactor autónomo y algunos consejos para ayudarte a hacer rentable esta actividad.
En general, un trabajador autónomo es una persona que trabaja por su cuenta y que, por tanto, no pertenece ni recibe su salario dentro de la nómina de una empresa.
El estatuto del trabajo autónomo en España de 2007 define a los autónomos como personas físicas que realizan de forma habitual, personal, directa, por cuenta propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra persona, una actividad económica o profesional a título lucrativo.
El término freelance a menudo se confunde con el de autónomo. Los que pueden ser considerados como trabajadores freelance son los que se conocen como profesionales autónomos.
El gobierno de España especifica qué profesionales califican para esta categoría en el listado IAE. Existen otras categorías de autónomos en las que no profundizaremos.
En general, los profesionales del marketing, como pueden ser los especialistas en SEO, los community manager o los redactores de contenido son considerados profesionales autónomos. Claro, hasta que funden una empresa, pero no nos alejemos del tema.
Esto funciona igual tanto si eres un redactor de blogs o en otros trabajos como ser redactor para una revista, siempre que seas un colaborador externo.
De seguro llevas haciéndote esa pregunta desde el principio de este artículo. Y siendo sinceros, la mayoría de los redactores freelance comienzan a trabajar sin darse de alta y cobrando en negro (sin emitir facturas). Esto es ilegal, pero también muy común.
¿Significa esto que mañana estará Hacienda inspeccionando tu hogar e incautando tu ordenador? Lo más seguro es que eso no ocurra jamás, pero si esta es tu actividad principal y estás teniendo ingresos aceptables, deberías darte de alta.
Si además comienzas a trabajar como redactor o colaborador de una compañía y se te pide que factures, lo mejor que puedes hacer es registrarte. Pero infórmate bien, ya que registrarte como autónomo trae una serie de responsabilidades fiscales de las que debes ser consciente.
Si nos ceñimos estrictamente a lo legal, el momento de registrarse es el preciso instante en que decides dedicarte a la redacción freelance. Pero en realidad nadie hace esto, porque terminarás pagando dinero sin tener ningún ingreso.
Pero si comienzas a tener ingresos importantes, deberías hacerlo. Por lo general, se considera que la actividad es tu modo de vida cuando genera ingresos superiores a lo que establece el salario mínimo interprofesional (SMI).
Algunos clientes también pueden solicitarte que te des de alta. Y no solo se trata de un tema de facturación, sino también de imagen. Ellos están declarando un gasto de dinero en ti y se supone que deberías cumplir con los requisitos legales, al igual que hacen ellos.
Comenzar a cotizar en la Seguridad Social es también una razón de peso para algunos. Si por alguna razón, no puedes continuar trabajando, tendrás derecho a paro.
Registrarse como autónomo es un procedimiento gratuito inicialmente. Muchos pagan los servicios de gestorías para hacerlo, pero el papeleo puede ser entregado en línea y no es nada complicado hacerlo por tu cuenta.
Una vez que te inscribes, tendrás una serie de gastos fijos y variables. Aquí te lo resumimos en tres puntos fundamentales.
Debes pagar una tarifa mensual, independientemente de lo que factures. Durante los primeros 6 meses será de alrededor de 50 €, y luego irá aumentando hasta alcanzar una media de 250 € al mes.
Todas tus facturas deben llevar su IVA correspondiente, esto se conoce como IVA devengado. Pero este dinero no es nuestro, así que de forma trimestral debemos declararlo y pagarlo a Hacienda. El tipo general del IVA es de 21%.
Existen formas de deducir de este pago lo que inviertes en tu trabajo (el IVA soportado), pero escapa al propósito de este artículo.
Estas cuatro letras preocupan a la mayoría de los autónomos. Se trata de un impuesto progresivo que se lleva una parte de tus ingresos. Actualmente, es de un 7% durante tres años para los autónomos nuevos que no han realizado ninguna actividad profesional durante el año anterior.
Para el resto es de un 15%. Esto significa que tendrás que declarar y pagar un 15% de toda tu facturación. Esto se hace trimestralmente de forma telemática por un portal en línea.
Dar una respuesta a esta pregunta es realmente complicado. Esto depende de tus habilidades, expectativas, productividad y también de tus gastos personales.
Sabemos que todas las obligaciones fiscales de mantener legalmente esta actividad pueden ser abrumadores, pero no es momento de rendirse. Si tu objetivo es conseguir empleo como redactor freelance y hacerlo rentable, aquí van algunos consejos:
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