Sabemos que, si queremos conectarnos con nuestro público objetivo, primero debemos comprender cómo llegan a nosotros, y eso casi siempre tiene algo que ver con Google y su buscador.
Después de todo, Internet es un lugar inmenso y a menudo confuso. Los motores de búsqueda son los guías turísticos que le dicen a tus clientes potenciales a dónde ir, cómo pueden resolver sus problemas y en quién pueden confiar.
En el pasado, hacerse amigo de Google era tan sencillo como resolver una ecuación matemática básica. Las empresas podían usar palabras clave, las combinaban con datos útiles para que los motores de búsqueda las indexaran, y ¡listo, tenían una página exitoso!
Sin embargo, a medida que Internet se convierte en una parte más omnipresente de nuestra vida diaria, y los clientes esperan más de su experiencia en línea, los motores de búsqueda son cada vez más inteligentes y exigentes. Es innegable que la lista de factores que toman en cuenta motores como Google es cada vez mayor, al punto que se hace indescifrable; Google solo nos da pequeñas pistas para que optimicemos.
Los algoritmos de aprendizaje automático (learning maching) y el auge de la búsqueda semántica han hecho que Google sea cada vez más humano, hasta el punto de que está empezando a entender cosas como el sentimiento y el contexto.
La búsqueda semántica puede parecer una forma de hacer el SEO más complejo. Sin embargo, es la forma que tiene Google de mejorar la experiencia digital tanto para los usuarios como para las marcas.
Los clientes obtienen resultados que se adaptan a sus necesidades específicas, mientras que las marcas evitan competir por el tráfico orgánico basándose únicamente en el número de veces que alguien introduce una determinada palabra clave en su página web. El contenido gana calidad, legibilidad y significado.
El motor de búsqueda semántico conoce el historial de los usuarios, entiende los significados comunes y utiliza una combinación de lógica e intención para ofrecer respuestas a las preguntas de los clientes de forma rápida y eficaz.
Para los profesionales del marketing, esto significa ir más allá del significado tradicional de las palabras y frases. Con la búsqueda semántica, el buscador y los creadores de contenido se deben esforzar por entender la motivación detrás de las búsquedas.
Esto incluso significa que las palabras y frases mal escritas no impedirán que la gente obtenga los resultados que necesita.
El crawler “Hummingbird” transformó definitivamente la forma en que Google analiza las búsquedas. En lugar de mirar lo que sus clientes buscan como palabras individuales, los algoritmos intentan discernir el significado detrás de cada frase.
Esto significa que, si deseas optimizar tu contenido para la búsqueda semántica en Google, debes centrarte en el significado, la relevancia y la profundidad.
Es decir, el crawler es capaz de identificar un todo al que se le puede llamar intención de búsqueda que conjuga la expectativa del cliente con el uso de palabras. Así, Google puede entender que si se incluye “cómo” la persona está buscando un procedimiento, o una respuesta práctica más que una definición. Con la misma lógica puede saber si el usuario tiene la intención de comprar o solo informarse.
El contexto está en el corazón de la búsqueda semántica. Es la información que ayuda al motor de búsqueda a entender sobre lo que estás escribiendo. Algunas maneras de definir un contexto mayor en su copy incluyen:
Hay mucho contenido general de la mayoría de los temas populares. Y esto significa mucha competencia, por lo que los detalles y la optimización de tu contenido para tu audiencia objetivo puede ser decisivo.
Prioriza el contenido que tenga un enfoque de preguntas y respuestas. Recuerda que mientras escribes, tu idioma necesita conectarse primero con la gente y luego con los motores de búsqueda.
Mira a tus usuarios y averigua qué tipo de palabras usan tus clientes, y cómo puedes adaptar tu tono de voz en consecuencia. Las palabras clave son esenciales en la búsqueda semántica, pero no deben hacer que su copia suene forzada o antinatural.
Todos los factores anteriores nos traen a este punto. La búsqueda semántica de Google fue diseñada para hacer que hablar al buscador sea más parecido a conectarse con seres humanos de la vida real.
Si quieres sobresalir en un buscador semántico, entonces necesitas escribir para el lector. Olvídate del spam y de los contenidos rellenos de palabras clave, y asegúrate de que tu contenido sea excepcional.
Cuanto más efectivo sea tu contenido para responder a las preguntas de los clientes y proporcionar información relevante, mayor será su importancia en los motores de búsqueda. Antes de publicar algo, pregúntate a ti mismo: