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Ya sea que estés buscando una alternativa laboral, o simplemente un dinero extra, el trabajo freelance es una forma de ganar experiencia y dinero por tu propia cuenta, pero los freelancers novatos siempre se encuentran con el problema de encontrar sus primeros clientes.
E incluso cuando tienen clientes de confianza, siempre habrá momentos de inactividad que preferirían estar aprovechando para generar ingresos. Construir una clientela abundante y fiel lleva tiempo y esfuerzo.
Sin embargo, el hecho de que lleve tiempo construir una carrera como freelance no significa que no puedas comenzar ahora mismo. Las plataformas de trabajo freelance, como Workana, son una fuente inagotable de clientes y proyectos que pueden ser aprovechados.
Workana es una de las muchas plataformas de trabajo freelance que surgieron para atender el mercado hispanoparlante. Nacida en 2012 en Argentina, es una de las pocas plataformas freelance de propósito general que sobrevivió a la ola de adquisiciones de hace unos pocos años.
En Workana, los clientes (empresas, individuos o marcas) publican proyectos de trabajo con una definición general y un presupuesto. Los trabajadores freelance revisan estos resúmenes y hacen propuestas de trabajo que el cliente puede aceptar o ignorar.
Al igual que sus competidores, Workana también funciona como un intermediario de pago. Una de sus funciones es verificar los medios de pago de sus clientes y garantizar que las partes queden conformes con el trabajo y el pago.
Si entras a Workana como cliente, puedes crear publicaciones sobre proyectos que quieras realizar. Así, puedes definir la categoría, el presupuesto, plazo y la descripción general del mismo, todo lo que pueda necesitar el freelancer para tomar una decisión.
Cuando entras a Workana como freelancer, te permite elegir tres áreas de interés, y sobre estas se filtrarán las publicaciones que puedes ver. Al examinar una publicación, puedes elegir entre ignorarla, proponerte para el trabajo o pedir más información al posible cliente.
Workana es una empresa y gana dinero en diversas formas. Por un lado, cobra comisiones a los freelancers, hasta un 20% para el primer trabajo con un cliente. La comisión disminuye en trabajos con mayor presupuesto o si se trabaja más de una vez con el cliente.
También ofrece una suscripción de pago, llamada Workana Pro, tanto a clientes como freelancers. Si un cliente se suscribe a Workana Pro, sus proyectos solo serán visibles para los freelancers mejores valorados, que suelen ser quienes han pagado por su propia suscripción Workana Pro.
Cada proyecto es diferente y tiene su propio presupuesto, por lo que es imposible hablar de una cantidad media. En todo caso, Workana se encarga del cobro del proyecto al cliente, de deducir su comisión y de asegurar la conformidad de las partes.
El dinero restante será depositado en la cuenta del cliente, que puede retirarlo una vez al mes, pero, si el freelancer está suscrito a Workana Pro, tiene la posibilidad de hacer hasta dos retiros por mes.
Si existe algún desacuerdo con la ejecución del trabajo, Workana servirá como mediador entre las partes. Según las opiniones sobre Workana de algunos clientes en este mecanismo de mediación, pueden llegarse a soluciones como dividir el pago o devolverlo enteramente al cliente.
Este tipo de plataformas suele sufrir de una lenta y progresiva disminución de la calidad media de los freelancers. Esto atrae a clientes con presupuestos cada vez más pequeños y con proyectos de baja rentabilidad. La existencia de Workana Pro es una evidencia de que la empresa es consciente de este proceso.
Pero esto puede evitarse con una labor previa de filtrado de las ofertas y de los freelancers. Por eso, creemos que plataformas como Scribeur son una alternativa más competitiva, y sustentable en el tiempo, que los sitios que siguen un esquema similar a Workana, que son la mayoría.
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